El vino
cosechado, Señorío de Paciencia, fermentará ya añejo y envejecido
Es una de las nuevas medidas
estrella del Ministerio de Recortes Sanitarios que pondrá en marcha el gobierno
del partido popular en caso de ser Rajoy el encargado de formar gobierno.
También, para garantizar la igualdad de oportunidades a los que no les den las
uvas, se plantarán vides en las salas de espera de todos los centros médicos
públicos del país. Además, por lo visto, lo de las vides vendrá muy bien a
medio y largo plazo para echar una cabezadita a la sombra de una parra mientras
se espera la cola.
Estas son tres de las medidas que
se desprenden del enigmático programa electoral del partido popular que nos ha
desvelado en exclusiva el eminente profesor chino Chang-chu-yo, toda una autoridad en el campo del descifrado de jeroglíficos, galimatías y chanchullos
populares del Instituto tecnológico de
seguridad y certeza de Ping Phom Penh en Camboya.
Este afamado profesor afirma que en el citado programa electoral existen otras muchas medidas completamente
encriptadas sobre el mismo Ministerio. Puestos en contacto con una tal señora Mato, que, como su nombre indica, es la asesina nazi responsable de la escabechina del citado Ministerio, nos indica que «la
encriptación del programa de recortes sanitarios es completamente necesaria
para que otras fuerzas políticas no tengan la tentación de copiarlo» y agrega
que «es totalmente indiferente que pasen camufladas ante nuestro electorado,
pues nos votarían igual aunque en el programa se especificase en grandes letras
rojas la propuesta de ejecución en masa de nuestros votantes, pues su fidelidad en el voto
está por encima de cualquier menudencia de este tipo»
El profesor Chang también ha
encontrado igualmente codificados en el programa, ciertos argumentos peregrinos a Compostela
que avalan científica y razonadamente la necesidad de la existencia de Dios y
de las listas y colas de espera.
En primer lugar, y siempre según
el análisis criptográfico del profesor Chang, en el programa se esconde la
afirmación de que es necesario mantener las listas de espera por la pura
definición etimológica de paciente, que significa «dícese del que tiene
paciencia», virtud teologal que no sería preciso desarrollar en caso de no
tener que esperar. Se argumenta en el programa que cambiar el nombre del
paciente «sería más farragoso, largo y costoso que simplemente esperar turno en
la lista de espera». Además, sigue argumentando, «las listas de espera y colas en los ambulatorios cumplen una importante labor social, de relación de individuos que viven habitualmente solos, y que de no existir estas tertulias sociales, no se relacionarían con nadie»
Otro argumento parecido es el de
que «hay que recordar que las colas reciben este nombre por su inmovilismo,
porque las personas están pegadas al sitio con cola, y tampoco es cuestión de
tener que cambiarles el nombre por motivos obvios. Si no hay colas tampoco
tendría sentido llamar salas de espera a los lugares donde se espera la cola y
habría que dedicar recursos que no hay para buscarles un nuevo nombre» Otro
argumento peregrino a Compostela como el de no aplicar la ley de Memoria
Histórica por no gastar recursos tan necesarios para invertir en tramas,
mordidas, chanchullos, sobornos y pagos en B, tan populares en estos días.
También aparece encriptado en el
programa que «se ha demostrado sobradamente que las listas de espera tienen un
efecto disuasorio, que se ha podido corroborar científicamente en muchas autopsias»
Una vez planteada la necesidad de
las colas y listas de espera por lo que aportan a la sociedad, también en el encriptado del programa electoral se
incluyen medidas para perpetuarlas como surtir de barajas españolas las salas de espera, organizando, incluso, por los centros de salud, campeonatos de tute, para hombres,
y brisca, o mejor, de escoba para mujeres que, con ella, puedan eliminar la necesidad de personal
de limpieza, En estos campeonatos habría premios en metálico como prótesis de cadera o dentaduras postizas completas y gratuitas. Almohadones de plumas para dormir plácidamente mientras se espera, muebles del ikea sin manual, y cursos sobre los riesgos de las exploraciones, prospecciones y excavaciones nasales tan comunes en nuestras salas de espera patrias son otras iniciativas que se barajan en el encriptado del programa electoral para perpetuar y promocionar la existencia de colas y listas de espera.
También trasciende en la encriptación que se estudia el crossbooking
de libros y apuntes de carreras universitarias esparcidos por las salas de
espera para que quien prefiera aprovechar el tiempo, en vez de jugar a las
cartas, pueda preparase una o varias carreras mientras espera. Algunas
asociaciones de consumidores han protestado por ver en esta medida un afán
recaudatorio ligado al actual coste desproporcionado de las tasas
universitarias que habría que abonar para superar los exámenes necesarios para
obtener los títulos. Esas mismas asociaciones de consumidores proponen una
línea educativa paralela a la oficial, mucho más económica por no tener que
asistir a clase, y que, a cambio al título obtenido se le pusiese la coletilla
«de sala de espera». Así se pondría orden y se regularía adecuadamente tanto abogado o
ingeniero que pulula por las salas de espera
sin diploma, y, lo que es más importante,
a esos médicos/as de sala de espera, que sin haber hecho el MIR, tienen tan
amplios conocimientos propios y ajenos de enfermedades, diagnósticos, pruebas y
medicamentos.
También puntualizan en la encriptación que, con la abundancia de
personas exóticas (chinos, rumanos, marroquíes, o subsaharianos) en las salas
de espera, se crea un ambiente idóneo y propicio para el intercambio cultural enriquecedor (además del de virus y microbios exóticos) centrado en el tema de aprender idiomas en el que nuestro sistema educativo es
tan precario, y así, a continuación, poder acometer el total recorte o
extirpado del completo sistema educativo, por no ser necesario
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