A la vista está que a la Hispanidad, y a su fiesta, le quedan dos telediarios express, de esos que dan en los descansos de los partidos. Porque está claro que hoy en día, el que Más (Artur) y el que menos, está pensando en independizar su patio de luces, su trastero, su pasillo o la taza de su cuarto de baño. Ya se ha constatado el caso de un furancho en Cospeito Beach que ha celebrado un congreso constituyente para declarar la independencia. Parece mentira que todo comenzase con aquel anuncio de Ikea: «Bienvenido a la República independiente de tu casa». Lógicamente, tras ese anuncio, es normal que algunos pensasen que haciéndose los suecos.... con un referéndumcito por aquí, o consulta por allá....
En esta tesitura, el gobierno busca soluciones para sustituir a la fiesta de la Hispanidad y evitar la desmembración de la, calificada como «una, grande y libre» en otra época, según ellos, más gloriosa. Y se lo ha encargado a la ministra más fantasiosa e imaginativa, que se le ha ocurrido una solución de fábula, de la fábula «Fátima de los Brotes Verdes». Se le ha ocurrido celebrar la Exaltación Nacional del Chorizo Ibérico. Al tratarse de un evento ibérico, ya se están celebrando contactos al más alto nivel con Portugal para contar con su presencia.
Y lo cierto es que, aunque parezca mentira, se trata de una originalísima idea, puesto que, a pesar de los separatismos enconados, si hay algo que mantenga firmemente unidos a todos los pueblos de España es su desmedida pasión común por el chorizo. Pero, ojo, no es una pasión por devorar tan suculento y patriótico embutido, sino por su elaboración. Si, los ciudadanos conocidos antiguamente como españoles, bajo cualquier bandera independentista que nos podamos cobijar, tenemos verdadera pasión por hacer el chorizo.
Es algo genético. Todos los ciudadanos de esta amalgama de pueblos, naciones o estados que forman España (la otrora «una, grande y libre») nacen con la ilusión de poder algún día hacer el chorizo. Es una afición que pasa de padres a hijos, generación tras generación, en todos los pueblos de España. Y ha ocurrido así desde la noche de los tiempos.... Y da igual su cuna, da igual ricos, o pobres, nobles o reyes.... Históricamente se han conocido reyes españoles, igualmente Austrias o Borbones, verdaderos maestros en el noble arte de hacer el chorizo. Incluso en épocas difíciles, como en los 40 años de cruzada del Caudillo, en la que estaba prohibido casi todo, se permitió que solo un señor hiciese el chorizo.... Un tal Revilla, que las malas lenguas dicen que era uno de los seudónimos que utilizaba el Generalísimo cuando quería hacer el chorizo. Sin embargo, ni siquiera la dictadura impidió que de forma clandestina y consentida se pudiese hacer el chorizo artesanalmente en las casas particulares, muy parecido a como ahora lo hacen en casa de Pujol: arrimando el hombro toda la familia.
Hay quien hace el chorizo por pasar el Rato, porque después de dejar el cargo de ministro, la vida se le ha convertido en aburrida y para evitarlo se juntó con un grupo de Franciscas «o Pacas» con las que hacía el chorizo.
Incluso en Catalunya, que se sienten tan alejados de la Hispanidad, también hacen el chorizo (que allí llaman butifarra). Antes era la Casa Tarradellas la encargada de hacer tan noble embutido,pero ahora ha sido destronada por la Saga de Pujol que hace el chorizo en familia, más casero, si cabe. La butifarra ahora se la hace Mas a Rajoy, los cataplines, para más señas. Aunque lo ha invitado a «Hayuna carta para ti», de telecinco para hacer el referendum, digoooo, las paces
Y es que esta afición tan española alcanza a todos por igual. Recientemente, también se ha descubierto que en la casa real había un aficionado al noble arte de hacer el chorizo. Este aficionado, que tenía verdadera obsesión por hacerlo, pues lo veía por todas partes, no en vano firmaba como «el empalmado» (¡y vaya si se la metió doblada!), lo cual convertía el chorizo que hacía en demasiado picante, lo que causó numerosas indisposiciones al rey, que finalmente termino por vomitar el trono y la corona.
También en el ámbito del deporte hay quien tiene la tan españolísima afición de hacer el chorizo. Un tal Eufemiano Fuentes de profesión médico de deportistas, aunque solo intervino como cirujano en una operación, la operación Puerto, resultó ser un consumado especialista en noble arte de hacer el chorizo. Aunque en este caso debía de hacer morcilla por la cantidad de bolsas con sangre que se encontraron en su frigorífico.
Con tanta afición por hacer el chorizo, con tanta producción de embutido, al pueblo no le queda otra que tragárselo, lástima que no tenga para comprar pan para acompañarlo.
© FUNES 2014
En esta tesitura, el gobierno busca soluciones para sustituir a la fiesta de la Hispanidad y evitar la desmembración de la, calificada como «una, grande y libre» en otra época, según ellos, más gloriosa. Y se lo ha encargado a la ministra más fantasiosa e imaginativa, que se le ha ocurrido una solución de fábula, de la fábula «Fátima de los Brotes Verdes». Se le ha ocurrido celebrar la Exaltación Nacional del Chorizo Ibérico. Al tratarse de un evento ibérico, ya se están celebrando contactos al más alto nivel con Portugal para contar con su presencia.
Hay quien hace el chorizo por pasar el Rato, porque después de dejar el cargo de ministro, la vida se le ha convertido en aburrida y para evitarlo se juntó con un grupo de Franciscas «o Pacas» con las que hacía el chorizo.
Francisca «o paca» |
Haciendo la butifarra catalana |
También en el ámbito del deporte hay quien tiene la tan españolísima afición de hacer el chorizo. Un tal Eufemiano Fuentes de profesión médico de deportistas, aunque solo intervino como cirujano en una operación, la operación Puerto, resultó ser un consumado especialista en noble arte de hacer el chorizo. Aunque en este caso debía de hacer morcilla por la cantidad de bolsas con sangre que se encontraron en su frigorífico.
Con tanta afición por hacer el chorizo, con tanta producción de embutido, al pueblo no le queda otra que tragárselo, lástima que no tenga para comprar pan para acompañarlo.
© FUNES 2014
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