¡Con dos cojones¡, mejor dicho: ¡con cuatro cojones!. Con la que está cayendo, con todas las empresas reduciendo personal, reduciendo cúpulas directivas, y estos, ¡con dos pares!: no solo no reducen personal sino que amplían la dirección: ¡Dos Papas!. Es la prueba evidente de que a la Iglesia, la crisis, se la trae al pairo, bueno, a partir de ahora, se las trae (las dos) al pairo. Quizás sea otro ejemplo más de la erótica del poder.
La mejor y más grande multinacional de la historia de la economía mundial, que comenzó sus andaduras con la modesta inversión inicial de una única propiedad material: un humilde pesebre, demuestra como no vendiendo nada, o quizás vendiendo humo de los incensarios, ha logrado durante más de 2.000 años, no solo sobrevivir, sino tener un estado propio, con un patrimonio de valor incalculable, en el centro de una de las ciudades más codiciadas por todos los intereses inmobiliarios mundiales, la eterna Roma. Y de momento, que se sepa, no peligra ni un solo ladrillo de su estado soberano. No hay crisis económica en el Estado Vaticano: si que se puede afirmar, que el tener las llaves del paraíso produce mucho beneficio y riquezas en este mundo terrenal.
No contentos con estas demostraciones de poderío económico en tiempos tan agitados y envueltos en falsas humildades han vuelto a dar un paso más: ¡Dos directores generales a falta de uno!. Pero eso sí, la figura del curita de pueblo, el capellán de aldea, el que hace el trabajo de "a pie", ese si que se ve abocado a la desaparición. Ahí si se recorta. ¿Para sostener al "dúo dinámico"?: A partir de ahora: doble Papamovil, doble importe de dietas en viajes, doble avión oficial, etc. Pero, ¡que importa!, ¡donde hay, se gasta!, ¿Una iglesia pobre?, me río yo de esa afirmación, quizás quisieran decir: "una iglesia podre", corrompida y alejada, acomodada en los placeres mundanos. ¡Ay si volviese el Jefe!, en esta ocasión no echaría a los mercaderes del templo, echaría el templo en sí, lleno de "sus escalafones directivos". Es difícil creer en "el mensaje" cuando el mensajero demuestra todo lo contrario.
Analizemos a los dos directores generales:
- Benedicto XVI: "Papa de oficina", aquí me siento, con mi oropel y me dedico a la vida contemplativa, a escribir y a reflexionar, a las labores intelectuales. Gran parte de la humanidad se muere de hambre y este señor "burócrata" de la iglesia sentado en su sillón de maderas nobles: "ahí me las den todas". Y de repente, un buen día: "Me cansé, ya voy mayor y estoy senil". ¡Oiga usted!, que ser Papa no es ser farmacéutico o médico del alma, que se pueden jubilar. Un Papa por deber hacia su "rebaño" tiene que "morir con las botas puestas".... ¡¡¡Haberlo pensado antes, y no haber aceptado!!!. Recuerde a su antecesor en el cargo, recuerde su muerte. ¡¡¡Blandengue!!!, si hasta el JEFE le mandó un recado en forma de relámpago/trueno mensajero el día que dice que se va. ¿No lo captó?.
- Francisco I (Alias Paco), dicen que trae aires de renovación, aires innovadores. ¡Y voy yo y me lo creo!. ¿Como se puede hablar seriamente de renovación o innovación con un señor de 76 años de edad?. Bueno, si lo comparamos con la edad de la empresa, si, podría ser... Recuerden que a esa edad, caulquier ciudadano está más preocupado por sus compañeros de partida de cartas que por asuntos preocupantes o profundos. ¿Va aceptar el preservativo?, ¿Va a aceptar el divorcio? ¿Va a aceptar mujeres sacerdotes?... Igual la innovación va por internet o nuevas tecnologías (Ver artículo iglesia digital). Pues no cuenten milongas.... Será uno más en la lista, caerá más simpático o menos, pero será otro Papa más. Recuerden que uno de los éxitos de esta "multinacional" está en el inmovilismo, en la falta de renovación.... Y si una cosa funciona, ¿por qué razón la vas a cambiar? Y si los "afiliados" o "clientes" a esta empresa crecen en números globales, aunque en ciertas partes más "occidentales" bajen, ¿cual sería el motivo del supuesto cambio?. Por cierto, ya saben lo que le pasó al Papa Luciani (Juan Pablo I) que pretendía cambiar y limpiar "ciertos asuntos turbios" en el seno de la Iglesia.
Hay que reconocer, que la idea de vender lo que ellos venden, es la mejor para triunfar económicamente, a las pruebas me remito. Ni la Coca-Cola, ni Microsoft, ni Apple, ni Inditex, ni cualquier otra multinacional puede hacerle sombra en los años de éxitos, con la diferencia de que esta multinacional de la "otra vida" no vende productos ni servicios "tangibles", recibe ingresos gracias a la incertidumbre que mantienen sobre lo que "haremos" en el "otro barrio". ¡Y todo sin arriesgar un solo duro! ¡Yo también quiero un negocio así!
© FUNES 2013
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