LA MALA LECHE DE LOS ASTURIANOS
En muchas ocasiones, se utiliza la exaltación exacerbada de una cualidad o producto para tapar o esconder un defecto. Es el caso de la leche asturiana, cuya buena fama la precede en toda España quizás por esa imagen idílica y bucólica de las «vaques» bajo el «orbayo» en los verdes y húmedos prados de la cornisa cantábrica, cuna de den Pelayo y las Españas.
Pero es todo una tapadera. La botella blanca inmaculada de la leche asturiana trata de tapar una realidad más chabacana y mundana: el agrio carácter de los asturianos, su mala leche, por lo menos de los más famosos.
Como gallego, no tengo nada en contra de los asturianos, más allá de copiarnos la gaita, los gaiteros, los hórreos o los trajes regionales, las vacas, los paisajes, el clima, la humedad, el verde, casi el idioma, etc. Pero cuando menos resulta curioso que esa dulzura que transmiten los anuncios de propaganda de su leche, contraste tanto con la acidez de su carácter. Veamos una lista de asturianos famosos y veremos como todos destacan por su «dulzura».
Melendi, alias «meriendas». Dulzura de altos vuelos, solo hay que recordar su famoso episodio que vivió barra bebió en un avión comercial durante un vuelo. Luego un paso por «La Voz» de frikicinco para lavar su imagen
Francisco Álvarez Cascos, por su amabilidad y cordialidad era llamado «el bulldog» del PP de Aznar, Hasta al propio Aznar le temblaba el bigote cuando «el buldog» comentaba algo dulcemente. Y eso que el ex-presidente tiene paralizado el labio superior donde reposaba sus bigotes. Ahora ya los bigotes en el PP los llevan otros, bueno..., los bigotes y los sobres también.
Fernando Alonso: o más bien debería llamarse FRenando Alonso, por sus numerosos últimos éxitos. La mala lengua de alguna de sus ex-novias cuenta (sería buena si en vez de contar, lamiera o lamiese) los cabreos y malos humores que se gasta el piloto cuando no gana, o sea, últimemente, siempre. Claro que hay que disculparlo, porque la culpa es del coche.... la misma disculpa de cualquier mal conductor. Y eso que el tuvo un Ferrari, que cuando lo conducía el le llamaban FRenari. Cuentan que alguna vez fue campeón del mundo. Muchos desconfían de esa antiquísima leyenda.
Luis Enrique: la chulería, prepotencia y malos modos desde el banquillo de fútbol. Estos dones suyos tan asturianos se manifiestan de pleno con comentarios cínicos y chulescos, sonrisillas burlonas y socarronas en las ruedas de prensa ante su enemigo natural: los periodistas, ese grupo de pirañas barra buitres que solo están pendientes de cuando hace una cagada, una excentricidad o prepotencia como dejar a Messi, Suárez y Neymar en el banquillo. El cree que es un genio, porque luego hace la genialidad de sacarlos a los tres a jugar y el equipo gana., Parece que el famoso codazo de Tasotti en USA 94 se lo dio un periodista.
Blanca Romero: mala actirz que parece un palo tieso interpretando. Solo le falta cerrar los ojos para recitar de memoria su papel, como un niño recitando una lección de memoria. Su carácter «agradable» de asturiana sale cada vez que tiene que hacer un personaje de mujer tiesa, seca, estirada y borde. Ahí lo borda.... (nuncha mejor dicho) Véase 1ª temporada de Bajo Sospecha de Atresmedia.
Cristina del Valle: la mitad de «Amistades peligrosas», aquel grupo de porno pop light (para pijos) que fundó con Alberto Come Saña a finales de los 90. Lo estaban haciendo muy bien (Semen Up), hasta que se convirtieron en pareja en la vida real. Ahí la chiquilla tuvo que comer saña y saña, y comió tanta saña que al final salió su leche de asturiana y todo se fue al carajo. Que no digo que el no tuviera su parte de culpa, pero ella come saña y ya se sabe que quien come saña y saña..... En fin, el rosario de la aurora fue un juego de niños de como del valle come saña, tanta saña.
José Luis Garci. El director de cine es un asturiano atípico. Primero porque nace en Madrid, aunque el siempre se consideró asturiano pues sus padres eran originarios de la patria querida y luego porque hay que reconocer que es un tío raro de cojones (aunque nunca se los he visto ni tengo intención). Al parecer su carácter asturiano ya le ha jugado varias pasadas, y según cuentan las malas lenguas (las que cuentan y no lamen o chupan) no soporta que lo imiten, hasta tal punto que pilla unos rebotes que le llaman el muelle, (por lo que se rebota)
David Villa: un futbolista campeón del mundo y máximo goleador de la selección española que hasta cuando marcaba un gol se cabreaba. El cabreo era natural en el. Chillaba con sus compañeros, entrenadores, etc. Si por lograr lo que logró con la roja, se cabreaba tanto, ¿como tendrían que estar Butragueño, Amancio o Luis Suárez por no ganar nada? Hasta haciendo un anuncio se le veía cara de malas pulgas, y eso que supuestamente salía con su hijo en pantalla.
José María García. ¡Ojo al dato!. creo que lo de Butanito se lo pusieron porque explotaba como las bombonas, Los cabreos que pillaba en directo «en el aire» en las emisiones de radio marcaron una época. Creo que el debería ser nombrado el padre de los indignados españoles y aunque el facha de Jiménez Losantos intenta seguir su escuela de berrinches, insultos y «soplapolleces» en antena no le llega a la altura ni de la suela de los zapatos, y eso que «butanito» era más bien pequeñito. Al carácter de «Feberico» (le patina la «ebre») Jiménez Losantos le falta el pedigrí asturiano que tiene «butanito» aunque haya nacido en Madrid.
Leticia Ortiz Rocasolano, alias Reina Letizia, una republicana monárquica de pura cepa. ¡Con dos cojones!. Divorciada y reina de España pasándose por el forro todas las leyes y tradiciones monárquicas católicas españolas ¡Con otros dos cojones! Asturiana hasta la médula (o las médulas en el bierzo) hizo callar a todo un príncipe borbón heredero en vivo y en directo en la rueda de prensa tras la pedida de mano. Como cojones se va a callar si es asturiana y le ganó la «pieza» al bombón de Eva Sannum (bueno, ejem... lo de bombón dejémoslo en borbón). Por lo que cuenta la prensa del corazón, que esa es la que actualmente más investiga en España, por sus ovarios que sus vacaciones son sagradas e hizo achantar en más de una vez a la mismísima Reina emérita doña sofía. Peñafiel la tiene calada, pero ella a el callado (últimamente)
Quizás no sea la leche, quizás un gen del cabreo, o... ¿quien sabe? quizás sean las «fabes».... Y es que aguantar o reprimir los pedos agría el carácter....
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