OLP (Onda Letrina Productions LTD) 2.016 (de momento). Año XXVIII. Publicación mística. Prensa laxante. Consulte a su farmacéutico.
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miércoles, 18 de noviembre de 2015

DESPUÉS DE SACARLE LOS COLORES A ESPAÑA, FRANCO LA LLENÓ DE GRISES

EN ESA ÉPOCA SE INVENTÓ LA ESCALA DE GRISES

Pese a que generalmente se cree que de la mezcla de negros y blancos surgen los mulatos, no es cierto, pues esa mezcla siempre produce grises, todos los grises del mundo se obtienen así. Y es muy curioso, porque en la España franquista apenas había negros y sin embargo había muchísimos grises,  más que nunca. Y con muy mala leche, y, para mostrarles respeto, hasta la tele y la vida eran grises, como se puede ver en las filmaciones de la época. Tenían tanta importancia que fue en esa época cuando se definieron las escalas de grises que hoy utilizamos al imprimir en nuestras modernas impresoras monocromaticas: el gris capitán de brigada, el gris comisario, o el subcomisario o el gris inspector, subinspector o el gris agente raso. Lo que ocurre que estos grises no eran nada reflexivos: más que imprimirse,  imprimían a otros marcas, yagas y cardenales. Curiosamente, ahora que en España hay negros a porrillo y por si fuera poco, también lo vemos todo negro, ya no quedan grises, ni falta que hacen. 


Lo cierto es que en la España de Franco el resto de los colores tenían muchos problemas: al rojo lo detestaban, incluso lo fusilaban, o en el mejor de los casos, lo exiliaban. Por miedo, ya que por sólo nombrarlo te podía caer un puro, muchas gente se refería a el con un eufemismo: «el encarnado», lo que demuestra que en esa época pocos cataban las carnes, o lo que era más habitual: las cataban  a oscuras.  Por su proximidad al rojo, aunque sólo fuera por su posición en el arco iris, la sola mención del naranja era tabú, y, para evitar represalias, se le conocía popularmente con el eufemismo de «color butano». Por el mismo motivo de proximidad al rojo, no se hablaba de prensa rosa, si no de prensa del corazón. Al negro, que venía de África, no lo dejaban entrar, igual que ahora. El azul era uno de los pocos colores apreciados, pues permitían llevarlo en las camisas porque lucía muy bonito cara al sol. Así, por el azul de su sangre, en esa época, comenzó la fiebre por las vidas de la realeza, fiebre por la gente del trono que en nuestros días ha crecido hasta el absurdo con los tronistas de MYHYV.  El amarillo estaba prohibido mencionarlo porque era el color secreto del único sindicato oficial y de la prensa afín al régimen. Los verdes, que ya existían en otros países, no se atrevían con la «franqueza» de nuestro país, la Iglesia no toleraba ese verde en los chistes y sólo algunos afortunados lo podían disfrutar en los billetes de 1000 pesetas (decían que existían, aunque muy pocos los llegaban a ver). Cualquier marrón era muy peligroso, pues te exponía a las iras y represalias de los grises, que, como  ya hemos explicado, eran los que predominaban y menudas se las gastaban. Sólo el marrón de la mili estaba alejado de la furia de los grises.

La escala de grises «imprimiendo» 
Sin embargo, había un color privilegiado, igual o mas que el azul: el blanco era un color muy querido por diversos motivos. En primer lugar, por la letra del himno nacional: «Franco, Franco tiene el culo blanco,  porque su mujer lo lava con Ariel», letra que fue sustituida en la transición por el más expresivo y atinado «chunda-chunda» de hoy en día que define mejor la esencia de nuestro país. Además, también el blanco era el color de los triunfos en Europa del equipo del régimen y blanco también era el color del carrero que siguió el primer y único Dodge dart volador que hubo en la historia y que se convirtió en todo un mito español durante décadas, casi como Massiel.


viernes, 6 de noviembre de 2015

MEJOR QUE ECHARLE UN PAR DE NARICES, ES TENER UN ELEGANTE MOSTACHO QUE LAS SUBRAYE

EL INMENSO PODER DE UN BIGOTE
EJEMPLOS HISTÓRICOS DEL PODER DE UN MOSTACHO

Vivimos tiempos convulsos. Tiempos en los que la metrosexualidad, el postureo y el amariconamiento amaneramiento generalizado campan a sus anchas y se reflejan no sólo en el lenguaje, la alimentación o la carencia de inteligencia, si no que también se ve en el vestir o en el aspecto personal. No vamos a entrar a criticar esos peinados horteras, asimétricos y sin ton ni son que lucen los «caraperas» de mujeres, hombres y viceversa, tanto los que allí se muestran como los de las mentes preclaras que los siguen a través de la caja tonta y su quinto canal temático de la telebasura. El motivo del presente artículo es hablar de las bondades, y, por qué no decirlo, los poderes casi sobrenaturales que un fornido mostacho (mostachus vulgaris) confiere a su afortunado propietario.
Ese vello facial acotado que subraya un esbelto par de fosas nasales, o que actúa de tilde sobre la sílaba tónica de la boca que cree emitir  genialidades a sus contertulios, ha dado sobradas muestras de poder a lo largo de los siglos, como para ocupar un lugar preponderante en la historia del aspecto personal. Y debe ser cierta la leyenda del poder sobrenatural de un buen mostacho, pues, a lo largo de la historia, casi todos los Reyes y un buen número de reinas, han lucido con orgullo tal apéndice de vello facial, cosa que no ha mostrado hasta la fecha ningún papa, porque los obispos de Roma ya gozan por definición de tales poderes, por lo tanto un Papa con mostacho sería una redundancia, error que es imposible que cometa el jefe espiritual del catolicismo, dada su condición de infalible.

Por centrarnos en los casos más recientes de poderes «mostachiles» comenzamos a principios del siglo XX con un bigotito revuelto y juguetón a juego con una perilla de las mismas características que fue capaz de hacer triunfar una revolución que derrocó a toda dinastía de las más longevas de Europa. Hablamos del bigotito bolchevique que instauró el comunismo y cuya momia se venera en el mausoleo del Kremlin.

Mostacho revolucionario bolchevique
Otro bigotito más pequeño y recortado, si cabe, invadió Europa treinta años después y sólo sucumbió ante el poder y empuje del gran mostacho rojo.

Mostacho Nazi
El gran mostacho rojo
Otro caso reseñable de inteligencia «bigotil» descomunal es el del gran cerebro americano, filósofo de vocación y actor de profesión, Groucho Marx, que, conocedor de los poderes que le otorgaba el mostacho y, ante la incomodidad de tener que criarlo y cultivarlo con delicados, farragosos y tediosos cuidados,  directamente se lo pintaba. En más de una ocasión reconoció que sus mejores ocurrencias le surgieron mientras se pintaba su mostacho de pega.

Mostacho filosófico
Pero la prueba definitiva del gran poder que otorga a su usufructuario lucir mostacho, sin duda, fue el fino bigotillo tipo «tanga hilo dental» que en España enmarcaba una  voz aflautada que sometió a los españoles durante nada menos que cuarenta años. Conociendo la pinta de su propietario, una especie de pitufo gruñón barrigudo y vestido de caqui con birrete, es evidente que los poderes sobrenaturales de su bigotillo fueron la única razón lógica para que se mantuviese tanto tiempo   dictando y mandando para morirse tan tranquilo en su cama, como quien en su vida ha roto un plato y curiosamente, justo al poco tiempo de habérselo afeitado.

Bigotillo tipo tanga "hilo dental"
Otro caso más reciente nos asombra y nos deja boquiabiertos de perplejidad: que España lograse ganar un mundial de fútbol desafía a todas las leyes de la lógica y de la física, habidas y por haber, y, después de la gran especialización en fracasos, escándalos y sobradas, conseguidos con el paso de los años, se nos antoja que el éxito en Sudáfrica sólo tiene una razón lógica: el bigotón añejo, aristocrático (de Marqués)  y de rancio abolengo que lucía  el seleccionador desde la noche de los tiempos. Tal bigotón sólo puede ser un acumulador en potencia de poderes sobrenaturales.

Bigotón de talla mundial
Pero no solo en España y Europa los mostachos confieren poderes a su augusto y egregio portador. En América hay un presidente madurado para el cargo por su predecesor y mentor que, gracias a su bigote, evidentemente,  tiene la facultad sobrehumana de hablar con ese mentor ya fallecido a través de los pajarillos (no especifica si preñados o no)

Bigote paranormal maduro
Pero todo esto se queda en tiernas aventuras infantiles si las comparamos con lo logrado por aquel tipo cuyo bigote con su firmware de superioridad le capacitó primero para darse a la Botella (con bigote) en matrimonio, y luego para arrogarse de original con el chascarrillo de ¡Váyase Sr. González!. Con posterioridad y, siempre gracias a su bigote y al de su mujer,  llegó a presidente, y con un par de narices, o mejor, con el mostacho que las subrayaba en aquella época, tuvo a bien afirmar alto y claro, a voz en grito, como le enseñó su mentor, el calzonazos de Palomares,  que «España va bien», cuando el tiempo ha demostrado que sólo iba bien para sus amigos corruptos, para los demás, IVA sin más y al 21% a «apoquinar».

Otros logros que consiguió el poder supra-humano del bigote del señor de la botella y fueron los siguientes:

- llevar flequillo para menearlo, aunque le sentaba como una patada en los mismísimos huevos

- hablar catalán en la intimidad

- nombrar a un chorizo como ministro de economía y vicepresidente primero del Gobierno.

- Montar una boda al más puro estilo siciliano, con la asistencia de todas las famiglias y capos de la corrupción. No faltó nadie, como posteriormente se pudo verificar en los tribunales.

- Nombrar a dedo alcaldesa de la capital a su mujer con su bigote y todo,  y lanzarla al estrellato circense con su inglés «jovial desenfadado y festivo».

- chapurrear inglés con acento de villaberzas, cara de tontolaba y creerse simpático

- nombrar sucesor a un loro de repetición

- inflar una burbuja que le estallara a otros en la cara

- sobrevivir sin un rasguño a un atentado de ETA

- presumir de picha brava e indómita cuando no es más que un servidor del Opus dei

- Sacar pecho después de expulsar a 4 moros de un islote de mierda.

- y sobre todo, destacó por asistir a una reunión de mafiosos mentirosos en una isla portuguesa para meter a España en una guerra, con el agravante de que los demás mafiosos que asistieron a tal contubernio, a estas alturas, están arrepentidos y han pedido perdón a sus respectivos países. El señor de la botella no lo ha hecho ni lo hará, pues para eso tenía bigote, que le permitía estar por encima del bien y del mal.

Pero con el tiempo y la confianza cometió un error.... se rapó el bigote.... ahora sin él.... todos lo toman por un charlatán de feria, incluso en su propia famiglia de corruptos de Génova

El bigote total del señor de la botella


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