Entre las varias tendencias que son inherentes al ser humano y que están profundamente arraigadas dentro de cada uno de nosotros, como el gusto por la propiedad privada o el afán de notoriedad, está el "apijotamiento" gradual de la sociedad, lento pero imparable.
En los ochenta, e incluso antes, desde que la vida se desarrolla en las ciudades, coexistieron varias tribus urbanas: heavys, rockabillies, punkies, yupies, gipies, pijos, etc.
Pues está muy claro y así lo ha corroborado el paso del tiempo, que la única que no solo ha sobrevivido sino que incluso ha acrecentado su expansión, ha sido la de los pijos. Hoy en día, un buen ciudadano moderno ejemplar, es o aspira a ser pijo, independientemente de su edad. Y tampoco es nada extraño y hasta es bastante común ver a individuos que militaban en otras de las tribus, con fervor y creencia ciega, hoy no se ruborizan lo más mínimo manifestando su acertado y acentuado "apijotamiento" actual y considerando su antigua "militancia" como errónea.
En un anterior artículo ya hemos visto como afecta este "apijotamiento" en nuestro lenguaje. En el presente artículo estudiaremos como afecta este fenómeno a los hábitos alimenticios, fenómeno que podemos dividir en varios pasos
1º) MARGINACIÓN: Lo primero que se ha hecho para "apijotar" la alimentación, ha sido marginar a ciertos alimentos considerándolos cutres o de consumo de las clases bajas y humildes. Dentro de este grupo están: el chopped, el foie grass, la mortadela, la margarina, el salchichón, las patatas fritas con huevos fritos, las salchichas, los callos, las conservas de sardinillas en aceite y la nocilla. A estos alimentos se les ha demonizado, indicando que son los causantes de la elevación general del colesterol y triglicéridos de la población. Pero, la verdadera razón es que su consumo se asoció siempre a las capas bajas y humildes de la ciudadanía que, dado su bajo coste, se atiborraban de estos productos. Y claro, eso choca con el pedigrí que debe tener un pijo ejemplar, que incluso a la hora de comer, han de demostrar el poderío de su cartera. Y es que estos alimentos no son peores para la salud que el tabaco o el alcohol, pero un pijo no deja de fumar o beber, sobre todo al alternar, porque estos si son vicios que suponen un status social y un nivel económico acordes al apijotamiento global de la sociedad. Lo mismo ocurre con el jamón ibérico, que produce elevación del nivel de ácido úrico en la sangre y sin embargo nadie lo margina ni hay campañas demonizándolo. La razón es evidente, se trata de un producto acorde al pensamiento pijo: consumirlo supone un status social y nivel económico alto, que es lo que el fenómeno de apijotamiento quiere conseguir. Y ya no os hablo del marisco y sus devastadores efectos con el mismo ácido úrico y la gota.
2º) RENOMENCLATURA: En base a que algunos de estos alimentos considerados de procedencia baja y humilde son muy apetecibles al paladar, el fenómeno del "apijotamiento" ha buscado una solución para hacer desaparecer esa asociación con las clases bajas y humildes: se les ha cambiado el nombre. Así por ejemplo, la nocilla tradicional, ahora es la NUTELLA, que para que sea considerada más IN o COLD, el fabricante puede personalizar el envase con tu nombre. Al clásico y cutre foie gras mina con el que untábamos los panes de pequeños, ahora se le llama PATÉ. Al igual que este caso, las clásicas filloas gallegas se llaman ahora CRÊPS. Hoy, a nadie se le ocurre decir en público que a su hijo le da un bocadillo de nocilla o Foie Grass, hoy los niños comen NUTELLA y PATÉ y con pan más bien escaso. Y no se te ocurra pedir en un restaurante de moda un "palleiro de filloas", serás el hazme reir.... Debes pedir CRÊPS, sin identificar la cantidad, no vaya a ser que piensen que solo comes cuando sales a hacerlo fuera.
Como podemos observar, como solución es muy socorrido buscar un nombre en otro idioma para "rebautizar" al producto. Con ello conseguimos eliminar de manera muy sencilla ese aspecto de humildad o vulgaridad asociado tradicionalmente al producto en cuestión y darnos ciertos aires de superioridad al denominarlos con el nuevo nombre en lugar del tradicional. Y así, de paso, incrementar sus precios por un simple cambio de nombre o idioma.
no hay comparación... tapón de rosca, etiqueta estilosa... |
Y es en este apartado donde aparece el gran protagonista del apijotamiento alimenticio. El pavo. Ese animal feo de cojones, que hasta hace bien pocos años considerábamos exótico y cuya carne seca no sabe a absolutamente nada, pero que meterlo como ingrediente en ciertos productos, los convierte en aptos para el apijotamiento alimenticio. Así, parte de los productos que mencionábamos en el apartado de los marginados, dejan de estarlo si su ingrediente principal es esta fea ave. Entre otros tenemos, mortadela de pavo, chorizo de pavo, pechuga de pavo, salchichas de pavo, conservas de pavo, chopped de pavo.... Y es que donde esté un pavo (5 pesetas) que se quiten todos los cerdos. En realidad estos sucedáneos, no saben a nada, pero como el aspecto es idéntico al original, te lo comes con la vista y te engañas a ti mismo.... ¡está bueno y es de pavo!.... Afirmación y negación en una sola exclamación.
4º) AMERICANIZACIÓN: cualquier producto con origen norteamericano es aceptado sin rechistar en la cadena alimenticia de un pijo. Es lo que ocurre con la GELATINA, que ha sustituido por completo a la denostada margarina, tan española ella. Recuerdo que la GELATINA solo la comían los Simpson en su casa de Springfield, pues ahora los niños hasta la comen en los comedores escolares. ¿De que está hecha?... ¡Ah! ¡misterio!.... ¡pero es americana!... Un pijo nunca la pondrá en duda. El que los americanos la tomen es garantía de calidad en esta civilización alimenticia tan "apijotada"
5º) ETIQUETACIÓN: En los tiempos que corren, los pijos quieren demostrar que saben y entienden lo que leen, aunque no sepan lo que comen. Ya no somos tan incultos como nuestros padres. Si una etiqueta pone LIGHT, quiere decir que es bueno, si pone 0% de grasas, es buenísimo.... ¡Cágate! ¡MAYONESA LIGHT!.... Hecha con las calorías del aceite, vinagre y el huevo, amén de los conservantes y colorantes pertinentes y ¡tienen las narices de llamarles LIGHT!... O también COCA COLA ZERO con cero grasas, cero azúcares y resulta ser que cero es lo que le han quitado.... por eso si te cae, se cristaliza y seca igual que la normal.
6º) ENVASADO: Para el completo "apijotamiento" de la alimentación es indispensable el envoltorio, me atrevería a afirmar que casi más importante que el producto en si. En el comer, hoy en día juega un papel muy importante el aspecto, y así, por ejemplo, aunque el chorizo de pavo no sabe a nada, se come por lo que hemos explicado con anterioridad. Otro ejemplo sería la personalización del envase de la NUTELLA, que aunque, nocilla vilipendiada, con el envase personalizado la cosa cambia.... y bastante.
Hoy en día se envasa absolutamente todo. Por ejemplo se envasa el pan y así, además de darle un aspecto más atractivo para los apijotados, evitamos los tan necesarios gérmenes que nos evitarían muchas enfermedades raras que están presentes en la sociedad por la excesiva pulcritud. Y que decir de envasar el pescado, lejos quedan aquellas sardinas envueltas de cualquier manera en hojas de periódicos atrasados. Eso no casa con la tendencia pija actual. Hay que envasarlo en envases con adhesivo que no se vean las inmundicias del pescado. Ahora bien, si se trata de marisco, que se vea bien que lo hemos comprado, hay que lucirlo, es un síntoma de status y poder adquisitivo. También se envasan los grelos, ¡en lata!.... No los he probado, pero.... solo de pensarlo..... buffffff.. Y la fruta en bellas tarrinas con las frutas bien puestecitas y coloreaditas, ¿que importa que estén maduradas en cámara y no sepan a nada?... ¡Hasta la tortilla se envasa!
Y así, incrementamos hasta el infinito la producción de residuos..... pero eso ya no es del "ambiente pijo".... La basura, ¡menuda ordinariez!.... ¡sáquenla de delante cuanto antes!.
Hoy en día se envasa absolutamente todo. Por ejemplo se envasa el pan y así, además de darle un aspecto más atractivo para los apijotados, evitamos los tan necesarios gérmenes que nos evitarían muchas enfermedades raras que están presentes en la sociedad por la excesiva pulcritud. Y que decir de envasar el pescado, lejos quedan aquellas sardinas envueltas de cualquier manera en hojas de periódicos atrasados. Eso no casa con la tendencia pija actual. Hay que envasarlo en envases con adhesivo que no se vean las inmundicias del pescado. Ahora bien, si se trata de marisco, que se vea bien que lo hemos comprado, hay que lucirlo, es un síntoma de status y poder adquisitivo. También se envasan los grelos, ¡en lata!.... No los he probado, pero.... solo de pensarlo..... buffffff.. Y la fruta en bellas tarrinas con las frutas bien puestecitas y coloreaditas, ¿que importa que estén maduradas en cámara y no sepan a nada?... ¡Hasta la tortilla se envasa!
Y así, incrementamos hasta el infinito la producción de residuos..... pero eso ya no es del "ambiente pijo".... La basura, ¡menuda ordinariez!.... ¡sáquenla de delante cuanto antes!.
7º) MITIFICACIÓN: Antiguamente, la comida típica de las fiestas y celebraciones eran los callos. Pero estos han sufrido un proceso de marginación que ha hecho que queden en desuso. En este caso, los callos se han marginado porque a pesar de no ser excesivamente baratos, era comida típica de todos los hogares en esos momentos de celebración y fiesta, sin distinción de poderío económico ni pedigrí. He ahí su pecado: "pueden pensar que soy humilde o de la baja sociedad si como callos en las fiestas". En su lugar se toman ahora en las celebraciones otros alimentos que antaño se elaboraban con mucho trabajo en las casas particulares pero que ahora van a tomar fuera. Estoy hablando concretamente de: EL COCIDO, LA TORTILLA, EL CALDO, EL GAZPACHO y LA PAELLA. Estos cuatro se han convertido en míticos, pero ¡ojo!, cuando se comen fuera de casa, cuando se huye del engorro que conlleva su elaboración artesanal y se paga por comerlos, demostrando la existencia de poderío económico y status social. Elaborarlos en tu propia casa sigue siendo síntoma de humildad y baja sociedad, puesto que aparte del trabajo, ensucian demasiado las cocinas relucientes de los que aspiramos algún día a ser pijos...Y las empresas comerciales han tomado nota, y han comenzado a ofrecer estos productos precocinados para su venta, síntoma de poderío económico y status social. ¡Que cutrería decir que me he hecho una tortilla de patatas para comer!
Mención aparte merece el CHORIZO, que también ha sufrido un proceso de mitificación y ensalzamiento. Antaño, solo había dos tipos de chorizos, el casero de pueblo y el Revilla. El chorizo Revilla era el único con nombre y apellidos que había en España. Ahora la producción se ha diversificado y los chorizos tienen denominación de origen y aparecen en gran surtido de tipos, en cualquier rincón de nuestro país: en los ayuntamientos, en las diputaciones, en los bancos, en las empresas, en el congreso y el senado, entre los altos ejecutivos, en las subsecretarías... Y no son precisamente de pavo.... más bien de cerdo.
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