Como ya hemos mencionado en nuestros anteriores artículos sobre la fase gradual de apijotamiento de la sociedad humana, lenta pero imparable, hoy enfocaremos este proceso desde el punto de vista mental. Y es que cada vez tengo más claro que el fin de la humanidad no va a ser por un meteorito ni por la tan predicha III guerra mundial. A estas alturas tengo claro que el fin de la especie se producirá por involución, por sobredosis de gilipoyez o estupidez, que según Albert Einsten era la única magnitud infinita junto con el universo.
La prehistoria de este apijotamiento mental puede situarse en la accesibilidad económica a las calculadoras Cuando una calculadora se puso a tiro, ya no era importante saberse la tabla de multiplicar, sino que lo importante era poseer una calculadora. Y su potencia no se medía en Megas, ni siquiera en Kb, si no en el número de botoncitos que tenían. ¡Que sabio te sentías entrando en clase con tu calculadora de tropecientos botones!. En 1.981, CASIO saca su fx-82, toda una revolución, con sus razones trigonométricas incorporadas.... Ya no necesitábamos las engorrosas tablas de senos, cosenos y tangentes.... Ya éramos un poco más «apijotados» pero nos sentíamos mucho más poderosos. Eso sí, ni puta idea de donde sale el seno, coseno y la tangente, lo único importante era que salía en la pantalla de la CASIO fx-82.
Ese año, 1981, debería estar marcado dentro de la historia del apijotamiento global, puesto que surge el primer sistema operativo para ordenadores personales, el famoso y alabado MS-DOS para PC de IBM. El sistema en si, no suponia ningún apijotamiento, más bien al contrario, puesto que necesitaba de un conocimiento importante en cuanto a órdenes y parámetros para poder gobernar un PC. El verdadero apijotamiento surge cuando a este sistema se le acoplan los primeros procesadores de textos (no confundir con un bolígrafo, que también procesa el texto) que pueden ser gobernados por listas de menús, que no suponen más conocimiento que saber donde buscar la opción deseada. Ahí ya dejamos de saber escribir a mano con elegancia, pasando todos gradualmente al nivel de «escritura de médico» ¡Que orgullo!, considerandonos ya que habíamos alcanzado un nuevo grado más alto en la evolución como especie. ¡Que bien te sentías aplicando una letra Roman psi de 18 puntos! ¡Que bien quedaba!
Con la generalización de los procesadores de textos por su constante simplificación de manejo y su, cada vez, más elevado número de herramientas (sinónimos, ortografía, gramática, etc.) el apijotamiento mental fue elevándose en grado exponencial: ya casi nadie sabía colocar una tilde, ya nadie sabía si observar era con dos bes o dos uves, etc. Todo se consultaba en la maquinita.
En paralelo, el campo de la aritmética no iba mucho mejor: las hojas de cálculo eran la panacea de aquellos a quienes anteriormente el cálculo mental les causaba hernias neuronales. Ponemos en la casilla A1 un 2 y en la casilla A2 otro 2 y en otra casilla le indicamos que sume la casilla A1 con la casilla A2 y ya está.... A mi no me digas nada que yo soy de letras... Eso sí, cuando dudaban si les habrían dado de menos en el cambio de la compra en el supermercado, sacaban la calculadora o la hoja de cálculo, si era preciso. En ese momento, si eran de números.
En 1.995 Microsoft lanza el sistema operativo WINDOWS 95, totalmente visual, de manejo con el ratón. ¡Al carajo con el engorro de saberse instrucciones, órdenes y parámetros!... En esta fecha, el apijotamiento se elevó a límites insospechados y me atrevería a indicar que este hito es el punto de arranque del apijotamiento real y la tontería globalizada que tenemos hoy en día. ¡Ya podíamos dominar un pc con nuestra mano!.... Bueno.... quedaban las famosas pantallas azules. ¿Quien no ha «gozado» de una pintoresca y llamativa pantalla azul de Windows con un código infumable para el común de los mortales? Eso era lo de menos... apagar y volver a encender y... listo.
Pero aún quedaba una parte importante de la humanidad ajena a esta «epidemia» de apijotamiento mental. Se trataba de la gente de cierta edad que veían los ordenadores como algo no amigable y consideraban muy distante o ajena a ellos la posibilidad de manejo de estos «trebellos», quizás porque solo veían el afán lúdico de este invento, asociándolos, en su ignorancia digital, a los juegos electrónicos tan de moda en esa época. Pero estos «trogloditas digitales» no escaparon a la epidemia, pues les pilló por otro lado: los teléfonos móviles. En esas mismas fechas (más o menos) se empezaron a abaratar los «ladrillos» que se usaban de celulares o motorolas (como se llamaban en esa época por ser esa una de las primeras marcas en ser asequibles económicamente).... Los móviles (como les llamamos hoy en día) traían con ellos una trampa para que todo el mundo cayese en la epidemia de apijotamiento mental: las agendas electrónicas, la posibilidad de grabar los teléfonos para no tener que recordarlos. ¡Ahí estaba el virus del apijotamiento para la gente que no había caido en la informática!. Con anterioridad a la generalización de los móviles, cada persona adulta no es que se supiera la guía telefónica completa como aquel gilipoyas que alardeaba de eso, pero se sabía de memoria unos diez o quince números de teléfono con el ejercicio mental que ello suponía. Si la persona era además de adulta, adúltera, se sabía por lo menos un teléfono más: el de su amante. El virus del apijotamiento por uso de móvil hizo que el ejercicio de las neuronas bajase a mínimos que solo se recuerdan en la época de las cavernas.
En 1.996 llegó a España INTERNET. Otro «punto caliente» en lo que a apijotamiento mental se refiere. Lo de «punto caliente» es muy acertado en este caso, pues la llegada de internet, ya desde su inicio vislumbró en las mentes mas preclaras y a la vez sucias, la posibilidad del ciber-porno, y se puede comprobar como las primeras fotografías que se pudieron observar masivamente a través del nuevo medio de comunicación eran de esta naturaleza. Sin embargo, INTERNET al principio requería que el usuario se memorizase las direcciones o URL de los ciber-contenidos a visualizar. Un ejercicio de memoria que suponía un pequeño contratiempo al proceso constante de apijotamiento mental creciente. Evidentemente este «pequeño contratiempo» en el apijotamiento gradual y creciente, fue subsanado ipso-facto por la aparición de los buscadores, primero yahoo y otros como altavista y luego el gran gurú del apijotamiento actual, o lo que podríamos llamar el dios del apijotamiento actual: GOOGLE. Hoy en día, lo que no está en google, ni es cierto, ni existe.... El apijotamiento está en su fase cumbre.
Pero lejos de que la sociedad humana reaccionase frente a este «atontamiento globalizado» las tres corrientes de «encoñamiento digital» se han unificado en lo que llamamos pomposa y acertadamente TELÉFONOS INTELIGENTES o SMARTPHONES. Digo lo de acertadamente porque hoy en día el teléfono es la parte inteligente del ser humano y el usuario la parte gilipollas. De tal manera que el usuario ya no sabe hacer nada sin su MOVIL. Hoy en día salimos de casa sin preocuparnos ni haciendo previsión de nada, puesto que si surge algún problema con llevar el móvil encima y mandar un whatsapp a la persona adecuada o entrar buscarlo en internet desde el móvil, asunto solucionado. Pero este acoplamiento de tecnologías idotizantes trajo consigo dos problemas más: la corrupción del lenguaje escrito fagocitando sobre todo las vocales y trastornos en la vista cada vez más frecuentes asociados al abuso del uso de estos dispositivos tan pequeños. De los trastornos sociales derivados de la adicción a estas nuevas tecnologías ya ni hablo, porque cada vez es más dificil hablar de vida social separada de las redes sociales tan de moda.
Pero todo esto es inevitable para toda la raza humana, nos han hecho esclavos de esta tecnología. Cada vez nos meten por los ojos más aparatos milagrosos con cincuenta mil aplicaciones, de las cuales solo utilizas como muchísimo cuarenta, pero ya exagerando una barbaridad. Y estos aparatos requieren conexión permanente con internet para manterneros actualizados y al día y sentirnos triunfadores hombres de nuestro tiempo. La razón: propagar la gilipoyez y la tontería a todos y sacudirnos nuestras cada vez más exhaustas carteras, lo que a su vez sirve para que cuatro listillos manejen el cotarro, cuantos más gilipoyas existan, menos necesidad de erudición necesitarán los que quieran liderar la sociedad.
Si a esto le sumamos la proliferación de espacios televisivos atrofiantes y los catastróficos modelos de comportamiento que se imponen a través de los mismos, con pesonajes tan culturizantes modélicos como Belén Esteban o Carmen de Mairena, la catástrofe del exterminio como raza inteligente está muy próxima, mucho más de lo que nos imaginamos. De hecho, yo creo que ya se ha producido.
A continuación exponemos una serie de ejemplos donde se puede ver el grado actual de apijotamiento.
a través de WHATSAPP:
- Cariño, ¿Cual es tu número de móvil?. Es que te tengo que llamarte para decirte una cosa y no lo recuerdo.
- Es el XXXXXXXXX, Espero tu llamada.
En este ejemplo de gilipoyez dual, bastaría que por el mismo Whatsapp le contase lo que le iba a contar por teléfono. Es más discreto ya que no te oye nadie y generalmente más barato ya que el mensaje de Whatsapp utiliza la tarifa plana de datos asociada al movil.
- ¡Es que me cuesta escribir en el móvil!
- ¡Pues díctaselo!, ¡para que coño quieres la app de dictado!.
PREGUNTAS EN FOROS DE INTERNET
- ¿Esnifar cocaína es malo para los alérgicos al gluten?¿Y para los celíacos?.
- ¿Donde puedo conseguir el firmware de mi cepillo de dientes?
- ¿Que consolador con USB me recomendáis?
- ¿Existe algún alargador de pene natural?.
- ¿Podría alguien decirme cuando es mi cumpleaños?. Es que se me jodió el móvil y lo tenía apuntado en el calendario con una alarma.
- ¿Tengo cinco dedos en cada mano? ¿Es normal?
- Me han dicho que mi cámara digital tiene memoria, ¿por qué no recuerda cual es mi perfil que más me favorece?
- ¿En que día de la semana cae este año el Jueves Santo?.
- ¿Cuando me toca la regla? Es que lo tenía anotado en el movil y me lo robaron.
- ¿Cuando me toca la regla? Es que lo tenía anotado en el movil y me lo robaron.
- ¿Me puedo quedar embarazada comiendo semen?. Mejor Respuesta: Depende de por donde comas.
- ¿Hace calor? ¿Llueve?
- Tengo mi cuarto hecho un cristo porque soy muy desordenado, . Me he comprado un ordenador y lo he metido allí. Todo sigue igual. ¿Por qué? ¿Que he hecho mal?. Mejor Respuesta: creo que deberías comprar una madre, es el mejor ordenador.
- ¿Donde puedo averiguar mi número de DNI?. Lo tenía apuntado en el móvil y se me borró.
APARATOS Y SOFTWARE EXTRAÑOS QUE SE VENDEN COMO ROSQUILLAS
- ¿Donde puedo averiguar mi número de DNI?. Lo tenía apuntado en el móvil y se me borró.
APARATOS Y SOFTWARE EXTRAÑOS QUE SE VENDEN COMO ROSQUILLAS
- Alargadores de penes. Hay que ser gilipoyas para pensar que existe un aparato que te alargue el pene. Si supieras la ley de Newton sobre la atracción de dos cuerpos, sabrías que el pene se te alarga en presencia de otro cuerpo que te agrade, por la mera atracción, como las mareas.
- Transcomunicadores con el mas allá. Solo funcionan en los programas de cazadores de fantasmas.
- Interfono para que las mujeres embarazadas hablen con sus fetos.
- App de android que rebaja peso. ¡Hay que ser gilipoyas!. Lo quer rebaja es el peso de tu cartera.
- App de android para detectar extraterrestres. Utilizando la cámara escanea a las personas y averigua si son o no extraterrestres a través de un análisis de su ADN. ¡¡¡Pfffff!!!!
- App de android para limpiar escobillas de WC. ¡Que asco!
- App de android que evita el mareo.... ¡Jajajaja!
- App de android que analiza la mascada y dice que había ingerido el sujeto poteador. ¡Que asco!
- App de android para eliminar la halitosis.
- App de android para conversaciones submarinas.
- App de android para eliminar la halitosis.
- App de android para conversaciones submarinas.
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