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miércoles, 18 de noviembre de 2015

DESPUÉS DE SACARLE LOS COLORES A ESPAÑA, FRANCO LA LLENÓ DE GRISES

EN ESA ÉPOCA SE INVENTÓ LA ESCALA DE GRISES

Pese a que generalmente se cree que de la mezcla de negros y blancos surgen los mulatos, no es cierto, pues esa mezcla siempre produce grises, todos los grises del mundo se obtienen así. Y es muy curioso, porque en la España franquista apenas había negros y sin embargo había muchísimos grises,  más que nunca. Y con muy mala leche, y, para mostrarles respeto, hasta la tele y la vida eran grises, como se puede ver en las filmaciones de la época. Tenían tanta importancia que fue en esa época cuando se definieron las escalas de grises que hoy utilizamos al imprimir en nuestras modernas impresoras monocromaticas: el gris capitán de brigada, el gris comisario, o el subcomisario o el gris inspector, subinspector o el gris agente raso. Lo que ocurre que estos grises no eran nada reflexivos: más que imprimirse,  imprimían a otros marcas, yagas y cardenales. Curiosamente, ahora que en España hay negros a porrillo y por si fuera poco, también lo vemos todo negro, ya no quedan grises, ni falta que hacen. 


Lo cierto es que en la España de Franco el resto de los colores tenían muchos problemas: al rojo lo detestaban, incluso lo fusilaban, o en el mejor de los casos, lo exiliaban. Por miedo, ya que por sólo nombrarlo te podía caer un puro, muchas gente se refería a el con un eufemismo: «el encarnado», lo que demuestra que en esa época pocos cataban las carnes, o lo que era más habitual: las cataban  a oscuras.  Por su proximidad al rojo, aunque sólo fuera por su posición en el arco iris, la sola mención del naranja era tabú, y, para evitar represalias, se le conocía popularmente con el eufemismo de «color butano». Por el mismo motivo de proximidad al rojo, no se hablaba de prensa rosa, si no de prensa del corazón. Al negro, que venía de África, no lo dejaban entrar, igual que ahora. El azul era uno de los pocos colores apreciados, pues permitían llevarlo en las camisas porque lucía muy bonito cara al sol. Así, por el azul de su sangre, en esa época, comenzó la fiebre por las vidas de la realeza, fiebre por la gente del trono que en nuestros días ha crecido hasta el absurdo con los tronistas de MYHYV.  El amarillo estaba prohibido mencionarlo porque era el color secreto del único sindicato oficial y de la prensa afín al régimen. Los verdes, que ya existían en otros países, no se atrevían con la «franqueza» de nuestro país, la Iglesia no toleraba ese verde en los chistes y sólo algunos afortunados lo podían disfrutar en los billetes de 1000 pesetas (decían que existían, aunque muy pocos los llegaban a ver). Cualquier marrón era muy peligroso, pues te exponía a las iras y represalias de los grises, que, como  ya hemos explicado, eran los que predominaban y menudas se las gastaban. Sólo el marrón de la mili estaba alejado de la furia de los grises.

La escala de grises «imprimiendo» 
Sin embargo, había un color privilegiado, igual o mas que el azul: el blanco era un color muy querido por diversos motivos. En primer lugar, por la letra del himno nacional: «Franco, Franco tiene el culo blanco,  porque su mujer lo lava con Ariel», letra que fue sustituida en la transición por el más expresivo y atinado «chunda-chunda» de hoy en día que define mejor la esencia de nuestro país. Además, también el blanco era el color de los triunfos en Europa del equipo del régimen y blanco también era el color del carrero que siguió el primer y único Dodge dart volador que hubo en la historia y que se convirtió en todo un mito español durante décadas, casi como Massiel.


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